Dios escucha
- Ministra Arlene I. Salcedo
- Oct 4
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La Palabra del Señor es rica en sabiduría y tiene innumerables lecciones para nosotros. No ceso de maravillarme en los mensajes de enriquecimiento espiritual que encuentro cada vez que la leo. Incluso en pasajes que he leído muchas veces encuentro nuevas enseñanzas. Hoy quiero hablarles de un tema que, tal vez, pensará mucha gente que es trillado: Dios nos escucha. Habrá quien diga “es que todo cristiano sabe que Dios nos escucha.” Pues, sí, pero saber que Dios nos escucha no es suficiente. Es preciso comprender lo que nos dice el Señor sobre cómo Él quiere que nos comuniquemos para que nos escuche. Así, crecemos espiritualmente por nuestra obediencia.
Según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, escuchar significa “Prestar atención a lo que se oye.” O sea que escuchar requiere no solamente oír o percibir el sonido, sino que requiere atención. Entonces, ¿qué nos ha dicho el Altísimo que debemos hacer para que nos oiga con atención?
Dios quiere que le hablemos con humildad en actitud reverente y con actitud de obediencia: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”(2 Crónicas 7:14 RVR 1960)
Dios quiere que le respetemos: “E invócame en el día de la angustia;
Te libraré, y tú me honrarás.” (Salmo 50:15 RVR 1960)
Dios quiere que le pidamos de acuerdo a su voluntad, o sea, lo que es propio, lo que es justo, respetando su soberanía: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.” (1 Juan 5:14 RVR 1960)
Dios quiere que seamos justos: “Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.” (Salmo 34:15 RVR 1960)
Dios quiere sinceridad: “Cercano está Jehová a todos los que le invocan,
A todos los que le invocan de veras." (Salmo 145:18 RVR 1960)
El Señor quiere que pidamos con gratitud: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” (Filipenses 4:6 RVR 1960)
Si aprendemos a hacer lo que el Señor nos requiere, a orar debidamente, veremos su mano obrar en respuesta aún antes de pedirle: “Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.” (Isaías 65:24 RVR 1960) Por el contrario, si desobedecemos su voluntad, hará caso omiso a nuestras peticiones. “El que aparta su oído para no oír la ley, Su oración también es abominable.” (Proverbios 28:9 RVR 1960).

